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sábado, 23 de mayo de 2015

Importancia del ejercicio en el anciano


En anteriores entradas hemos comentado la importancia de realizar ejercicio físico moderado y adecuado a cada circunstancia personal para mejorar la calidad de vida y protegernos de algunas enfermedades (cardiovasculares, metabólicas, inmunitarias, tumorales, , ginecológicas, óseas, etc) y siguiendo en esta linea de promoción de la salud, vuelvo a recordar los pilares básicos de una buena salud:
- evitar tóxicos (tabaco, alcohol, drogas, etc)
- una alimentación adecuada
- ejercicio físico moderado, continuado y adecuado a nuestras circunstancias personales
y para ilustrar el tema, os pongo este trabajo recientemente publicado en el que se pone de manifiesto de una forma clara la importancia del ejercicio en cualquier edad.

El ejercicio reduce el riesgo de muerte en los ancianos, incluso en cantidades moderadas
APA22 may 2015

75 minutos de ejercicio de moderado a intenso por semana pueden tener ya efectos beneficiosos.
En los adultos, se considera que 150 minutos de ejercicio de moderado a intenso por semana reducen el riesgo de mortalidad. En el congreso EuroPRevent de 2015 de la Sociedad Europea de Cardiología en Lisboa se presentó un estudio francés que revela que incluso niveles mucho más bajos de actividad física pueden reducir la mortalidad en las personas de edad avanzada.

Investigadores del Hospital Universitario de St. Etienne-Lyon analizaron los datos de 1000 personas de edad avanzada, que tenían 65 años al inicio del estudio. Los participantes se dividieron en cinco grupos en función de su nivel de actividad sobre la base de los valores metabólicos equivalentes (MET-h) por semana y fueron objeto de seguimiento durante 13 años. Aproximádamente el 10 % de los participantes en el estudio murieron durante el transcurso de este.

En los restantes se observó que aquellos cuyos niveles de actividad alcanzaban las recomendaciones actuales de 150 minutos de actividad de moderada a intensa (de 7,5 a 15 MET-h por semana) presentaban un riesgo de muerte el 57 % inferior a quienes tenían los niveles más bajos. Pero incluso quienes realizaban una actividad física de un nivel muy inferior, de 1 a 3,74 MET-h por semana, seguían presentando un riesgo de muerte el 51 % inferior a quienes tenían el nivel más bajo.

El inicio o reinicio de la actividad física a una edad avanzada también ejercía un efecto beneficioso en el riesgo de mortalidad (la probabilidad de muerte era dos terceras partes menor). Sin embargo, la reducción del nivel de actividad, aunque solo fuera en niveles bajos, aumentaba el riesgo de manera inmediata.

El grado de actividad física en los ancianos estaba relacionado negatívamente con la tasa de mortalidad de manera dependiente de la dosis, concluyó el autor del estudio, David Hupin. Hacer ejercicio, incluso menos del tiempo recomendado tiene un efecto protector, pero muchas veces no es realizable para los ancianos. Según el investigador, 75 minutos de actividad de moderada a intensa por semana, o 15 minutos cinco días por semana, constituyen un objetivo adecuado para este grupo de edad. Esto puede incluir caminar rápido, así como ir en bicicleta, nadar, hacer gimnasia u otras actividades. "Incluso un poco es bueno, pero más puede ser mejor", recalcó Hupin.

jueves, 14 de mayo de 2015

Qué es... la enfermedad de Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral que afecta gravemente la capacidad de una persona de llevar a cabo sus actividades habituales.
Suele empezar en mayores de 60 años, afectando en su inicio las funciones del lenguaje, el pensamiento y la memoria. Progresa con el tiempo, llegando a no reconocer a sus familiares, olvidando sencillas tareas cotidianas como lavarse o peinarse. Con el tiempo se transforma su personalidad, pueden volverse ansiosos o agresivos, se pierden en la calle, no recuerdan su nombre o como se coge la cuchara, etc. Esto supone una grave alteración de su vida y la de las personas de su entorno. Casi un tercio de los mayores de 85 años padece la enfermedad.
1.¿Porqué se produce?
Está en estudio la causa de la enfermedad, pero si hay consenso en que se produce el acúmulo de sustancias tóxicas (como la amiloide, o en estudios recientes la tau) en los centros neuronales de la memoria y posteriormente en toda la corteza cerebral. Esto dificultaría la interconectividad neuronal y las respuestas adecuadas, provocando el deterioro progresivo de las capacidades mentales.
2. Factores de riesgo
- la edad: a partir de los 60 años, cuanto mayor más riesgo de padecerla.
- Historia familiar y genética: si hay antecedentes de padre, hermanos, etc, cuantos más familiares más riesgo. Hay un gen que indica mayor probabilidad de padecerlo, aunque quizás nunca se desarrolle.
- Parece haber conexión entre lesiones en la cabeza y mayor riesgo de Alzheimer. (traumatismos) 
- El llevar una vida sana: alimentación, ejercicio físico y mental, evitar tóxicos, mantener actividades sociales, controlar la hipertensión o la diabetes, etc, pueden disminuir el riesgo de padecer la enfermedad.
3.¿Existen tratamientos?
De momento no existe un tratamiento definitivo para la enfermedad de Alzheimer, pero si que existen una serie de medicamentos como los inhibidores de colinesterasa en las fases iniciales de la enfermedad, o el Memantine, en fases avanzadas. Otros medicamentos como los ansioliticos, vitaminas, antibióticos, hipnóticos,antihipertensivos, simvastatinas, etc, para tratar situaciones concretas pueden ser utilizados para mejorar los síntomas y complicaciones de la enfermedad.
Estrategias no medicamentosas: existen otras posibilidades de mejorar los síntomas, desde ejercicios de memorización, controles del entorno del paciente, cuidados paliativos en las diferentes etapas de la enfermedad, fisioterapia, ejercicio físico, centros de afectados de Alzheimer, etc
4. Diez señales de advertencia.
Es muy importante detectar precozmente la enfermedad, para iniciar los tratamientos y las estrategias que permitan una evolución más lenta del Alzheimer. La asociación de enfermos de Alzheimer ha puesto estas 10 señales de alarma:
- Cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana (fechas, eventos, se pide la misma información repetidamente)
- Dificultad para planificar o resolver problemas que antes se hacían con relativa facilidad
- Dificultad para realizar tareas habituales de la casa, el trabajo o el ocio que antes se hacían
- Desorientación de tiempo o lugar (no sabe fechas, estación del año, ciudad en la que está)
- Dificultad para comprender imágenes visuales o como se relacionan entre si (leer, distancias, colores,)
- Problemas con el uso de las palabras al hablar o escribir. Parar en mitad de una frase porque no encuentra una palabra simple.
- Dejar objetos fuera de lugar (el plato en la estantería, el libro en el armario, etc)
- Disminución del "sentido común" o buen juicio ( pensar que un coche vale 3 euros, un caramelo mil, etc)
- Pérdida de interés en actividades sociales o en el trabajo, en las conversaciones, juegos, etc
- Cambios en el humor o la personalidad: se pueden volver irritables, confusos, temerosos, ansiosos,etc.

miércoles, 6 de mayo de 2015

El café ayuda a frenar el cáncer de mama

En entradas anteriores comentamos los estudios que hacían relación entre el consumo de café (2 tazas)  y los beneficios en la protección del cáncer hepático y en determinados cánceres de la piel, incluido el melanoma. En esta nueva investigación se sugiere una disminución importante en el riesgo de recaída del cáncer de mama, cuando se está en tratamiento con Tamoxifeno. Incluso sugieren que podría disminuir la velocidad de crecimiento del cáncer de mama en mujeres que toman dos o más tazas. Estos resultados son alentadores y aunque hay que tomarlos con bastantes reservas, a los que nos gusta el café nos hace que nos esté más bueno.

Nuevos datos confirman que el café puede ayudar a frenar el cáncer de mama (Clin Cancer Res)
Elsevier 29 abr 2015

Inhibe el crecimiento del tumor y reduce el riesgo de recaída en algunas mujeres.
Científicos de la Lund University y del Skåne University Hospital, en Suecia, han concluido un nuevo estudio que muestra como el café ayuda a inhibir el crecimiento del cáncer de mama y reducir el riesgo de recaída en algunas mujeres, lo que podría confirmar el posible efecto protector frente a estos tumores que habían sugerido trabajos previos.
En la investigación, realizada en colaboración con la Bristol University y cuyos resultados publica en su último número la revista “Clinical Cancer Research”, participaron un total de 1.090 mujeres y los beneficios se observaron en aquellas tratadas con tamoxifeno (algo más de 500).
Al contrario que en investigaciones previas, en este caso se evaluaron los datos clínicos y de hábitos de vida de todas las participantes, que se sometieron a un seguimiento de dos años.
De este modo, en las mujeres tratadas con tamoxifeno vieron que aquellas que tomaban al menos dos tazas de café al día tenían la mitad de riesgo de recurrencia que quienes no bebían café o sólo tomaban uno al día, han explicado Ann Rosendahl y Helena Jernström, autoras del trabajo.

Asimismo, también vieron que aquellos que bebían al menos dos tazas de café al día tenían tumores más pequeños y una menor proporción de tumores hormonodependientes. Vimos que esto ya fue el caso en el momento del diagnóstico."
Al observar las analíticas pudieron ver más de cerca la presencia de dos sustancias presentes en los bebedores de café: la cafeína y el ácido cafeico.
"Las células del cáncer de mama reaccionaron a estas sustancias, especialmente a la cafeína, con una menor división celular y una mayor muerte celular. Esto demuestra que tienen un efecto sobre estas células y apagan las vías de señalización que las células tumorales necesitan para crecer", han explicado.

Los investigadores insisten en el papel que juega el café a la hora de reforzar el efecto terapéutica del tamoxifeno, de ahí que hagan hincapié en la necesidad de cumplir con el tratamiento prescrito