Disfunción sexual femenina |
Hablamos de un trastorno muy frecuente, que afecta casi a un 40% de las mujeres en diferentes edades, entre los 18 y 75 años, que va aumentando con la edad, y que provoca una alteración en el deseo o la realización de las actividades sexuales placenteras.
Intentaremos hacer una síntesis lo más sencilla posible, basada en la clasificación de la American Psychiatric Association, en el año 2000, según la cual, habría 4 grados de disfunción sexual femenina:
Grado I: Trastorno de interés o deseo sexual:
Ausencia o disminución del interés o deseo sexual, ausencia de pensamientos o fantasías sexuales y falta de voluntad de respuesta que causa malestar personal. Puede ser consecuencia de problemas endocrinos y asociarse con problemas emocionales o psicológicos.
La aversión sexual es una subcategoría de carácter fóbico, en donde existe un rechazo de contactos sexuales.
Grado II: Trastornos de la excitación:
Incapacidad persistente o recurrente para alcanzar o mantener la excitación sexual durante la actividad sexual. Puede haber escasa lubricación, disminución de la sensación genital y escasa relajación. Algunos autores hacen subgrupos según el grado de subjetividad y la duración del problema. Este trastorno suele deberse a problemas psicológicos, aunque también puede estar relacionado con fármacos, alteraciones pélvicas y enfermedades neurológicas o vasculares.
Hay una ausencia o retraso del orgasmo que produce malestar o insatisfacción, a pesar de que existe deseo y la excitación sexual es normal. Puede relacionarse con alteraciones neurológicas postraumáticas o quirúrgicas.
Dispareunia (dolor persistente o recurrente antes, durante o después de las relaciones sexuales) y
vaginismo (dificultad para la penetración a pesar de existencia de deseo)
La proporción de mujeres con bajo deseo aumenta con la edad
Este tema lo seguiremos tratando en diferentes entradas y bajo diferentes aspectos
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