No se puede consentir la violencia contra la mujer en ningún caso |
Hoy tenemos que decir BASTA.
Desde el hogar y la familia donde se van inculcando prototipos de conductas agresivas, machistas, contra la niña o la mujer.
Desde la escuela, donde se consiente o se mira para otro lado ante conductas de acoso o de predominancia del niño sobre la niña, donde, a veces sin querer se dan por buenas conductas discriminatorias o se disculpan actitudes agresivas.
Desde la sociedad, donde se mantienen, a veces incluso se potencian, conductas machistas, donde se mira para otro lado cuando se escuchan o se ven escenas de violencia verbal sobre alguna niña o mujer.
Desde los medios de comunicación donde se dan mensajes poco claros, cuando no claramente machistas o agresivos en publicidad, series, películas, incluso dibujos animados para niños. Donde no se critican abiertamente y de forma directa actitudes culturales regresivas, del paleolítico, como la discriminación evidente de la mujer, su ocultación bajo velos o burkas, la ausencia de derechos como el de voto, el de vestir como guste, el de manifestar públicamente sus opiniones. Hasta el derecho a conducir parece un gran logro en algunos países. No hablamos de prácticas salvajes como la clitoridectomia, lapidación, obligación de casarse por imposición familiar, las dificultades para que las niñas puedan ir a la escuela, la obligación de casarse con su violador o el destierro familiar tras haber sido violada...
Tenemos que decir BASTA a tanta violencia, empezando desde la escuela y desde cada uno de nosotros, hombre o mujer, desde una actitud interior de repulsa ante la violencia y las actitudes posesivas. Solo somos dueños de nosotros mismos, por tanto no existe el derecho a controlar, impedir, obligar a otra persona a que haga, vista, tenga amigos o se relacione de la forma que quiera con quien quiera, cuando quiera.. Esta idea de respeto a la libertad de la otra persona y entender que su dignidad es absolutamente inviolable, tenga esta persona la edad o las circunstancias vitales que tenga, sea pobre, rica, sana o enferma, culta o inculta, estudie o trabaje, sea monja o prostituta, guapa o fea, joven o mayor.. es libre y al menos tan digna como tu.