La libido es el deseo sexual, el impulso que nos lleva a buscar el placer en la sexualidad independientemente de como se manifieste o en quien se fije este deseo. Es la llama, el impulso, el motor que nos hace dirigirnos a la búsqueda del placer sexual en su sentido más amplio y genérico. Son muchos los factores que pueden afectar a este deseo, desde un simple resfriado a problemas personales o de relación complejos. En este artículo se hace una breve descripción de algunos de ellos, sin entrar en patologías sexuales como el deseo sexual inhibido, problemas de pareja, trastornos psicológicos o psiquiátricos, sino aquellas circunstancias más habituales que pueden provocar sin que seamos muy conscientes de ello una disminución del apetito sexual:
Factores que afectan a la libido
Elsevier, 6 sep 2016
Tener una
vida sexual plena es sinónimo de bienestar, pero muchas personas tienen
dificultades para conseguirlo.
Hay momentos en los que, sin razón aparente, la
libido se encuentra en niveles tan bajos que bloquean todo deseo sexual.
Y es que
factores como los medicamentos, el estrés, el alcohol o los anticonceptivos
pueden provocar bloquear a libido, pero no son los únicos. A continuación,
expertos indican algunos posibles bloqueadores del deseo sexual:
El estrés.
Padecer niveles altos de estrés aumenta de producción de cortisol y reduce la
de la testosterona, la hormona responsable del deseo sexual. Esto explica por
qué las personas estresadas se sienten más cansadas y con menos ganas de
mantener relaciones sexuales.
La falta de
autoestima. Está claro que el estado de ánimo afecta al deseo sexual. Si una
persona tiene una mala percepción de sí misma, sentirá que no puede satisfacer
a su pareja y con el tiempo acabará alejándose de ella.
Los
problemas de pareja. Las discusiones pueden provocar rencor y estrés en la
pareja, haciendo imposible cualquier tipo de relación sexual. Asimismo, la
falta de comunicación entre ambos hará que la pareja no se sienta satisfecha y
termine alejándose.
El alcohol y
las drogas. El abuso de estas sustancias provoca cansancio y disfunción
eréctil, además de otros problemas para la salud.
La falta de
sueño. Dormir poco produce cansancio, ansiedad y estrés, complicando así las
relaciones entre la pareja. Además, la falta de sueño puede hacer que las
personas se vuelvan más insensibles a estímulos como las caricias.
La mala
alimentación. Llevar una dieta sana es esencial para el día a día. Sin embargo,
lo que muchos no saben es que la alimentación influye en el deseo sexual. Una
dieta baja en proteínas disminuye el nivel de testosterona, mientras que una
alimentación con pocas vitaminas y minerales provoca cansancio y fatiga.
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