EN entradas anteriores comentamos los efectos negativos que tienen algunos productos tóxicos como el tabaco en la gestación. En esta entrada vamos a comentar otros tóxicos muy importantes por su capacidad de originar graves lesiones de salud fetal, incluso malformaciones:
1. MEDICAMENTOS: Algunos fármacos son conocidos por sus efectos nocivos sobre la salud fetal, entre ellos: difenilhidantoína, antagonistas del ácido fólico,
litio, estreptomicina, tetraciclina, talidomida y warfarina son teratógenos, (con capacidad de crear malformaciones)...otros fármacos nuevos o no completamente estudiados sus efectos sobre el feto, deben ser evitados, aunque quizás no sean teratógenos. Por eso es muy importante que durante el embarazo no tomemos ningún fármaco, ni "producto natural de herboristeria" o crema anti-lo-que-sea, que no haya recetado el médico.
2.ALCOHOL. El alcohol es el principal
teratógeno conocido. La ingesta alcohólica durante el embarazo puede producir
un amplio espectro de defectos que varían desde el aborto espontáneo hasta
alteraciones severas del comportamiento sin anomalías físicas. El riesgo de
aborto espontáneo aumenta aproximádamente al doble, particularmente en las
grandes bebedoras (3 bebidas alcohólicas/d). El indicador más fiable de
exposición prenatal al alcohol es el bajo peso al nacimiento, con una media en
estos recién nacidos de unos 2,0
kg ; el peso al nacimiento medio en todos los neonatos a
término es aproximadamente 3,3
kg .
La incidencia de síndrome alcohólico fetal, una de las
principales consecuencias del etilismo durante la gestación, es aproximadamente
de 2,2 por cada 1.000 nacidos vivos. El síndrome incluye retraso del
crecimiento antes o después del nacimiento, anomalías faciales (por ejemplo,
disminución de la apertura palpebral), contracturas articulares, defectos
cardiovasculares y disfunción del Sistema Nervioso Central que consiste en: microcefalia, grados
variables de retraso mental y alteraciones del desarrollo neuroconductual. El
síndrome es una de las principales causas conocidas de retraso mental; su
incidencia supera la del síndrome de Down y la parálisis cerebral. En general,
la profundidad del retardo mental está relacionada de forma positiva con la
severidad de la dismorfogénesis. La microcefalia, un hallazgo frecuente,
probáblemente es consecuencia del retraso global del crecimiento cerebral.
Puede existir importante mortalidad perinatal y el recién nacido puede no
prosperar en su crecimiento. El volumen crítico de ingesta etílica que da lugar
al síndrome es desconocido. En un estudio previo, la incidencia de anomalías no
aumentaba con una ingesta de hasta 45 ml/dl de alcohol (3 bebidas/dia)
3. DROGADICCIÓN Y ABUSO DE SUSTANCIAS
Incluyen la dependencia crónica de heroína y la experimentación con varios
estimulantes, sedantes y fármacos reguladores del ánimo, produciendo un
síndrome complejo de abuso de múltiples sustancias. Este último es más
frecuente entre las adolescentes. El uso de cocaína y sus derivados (por ejemplo.,
crack) se ha convertido en endémico en los últimos años, extendiéndose a todas
las clases sociales. Se estima que aproximadamente un 25% de los adultos han
consumido marihuana o cocaína al menos una vez y 5 millones de personas en
Estados Unidos son consumidoras habituales de cocaína, muchas de ellas, mujeres
en edad de procrear.
Las adictas a
drogas intravenosas tienen un riesgo elevado de anemia, bacteriemia, endocarditis,
celulitis, hepatitis aguda y crónica, flebitis, neumonía, tétanos, enfermedades
venéreas y SIDA. Aproximadamente, un 75% de los lactantes y niños que adquieren
el SIDA son hijos de mujeres que desarrollaron la enfermedad mediante uso de
drogas i.v. o por transmisión heterosexual. Estos niños tienen un riesgo mayor
de presentar hepatitis, trastornos venéreos y sepsis; además, es más probable
que existan retraso del crecimiento intrauterino y prematuridad.
Alrededor del 14% de las mujeres embarazadas son
consumidoras en algún grado de marihuana. Debido a que el D-9
tetrahidrocannabinol tiene capacidad para atravesar la placenta, existe un
riesgo potencial de daño fetal. Sin embargo, pocos estudios en humanos han
encontrado un aumento del riesgo de anomalías congénitas, retraso del
crecimiento o alteraciones neuroconductuales posnatales secundarias al uso de
marihuana
El abuso de cocaína durante el embarazo se asocia con varios
problemas maternos y fetales. La cocaína es un estimulante del SNC con efecto
anestésico y vasoconstrictor local. La cocaína disminuye significatívamente el flujo sanguíneo al feto,
produciendo períodos de hipoxia. Además, la exposición fetal a otras sustancias
normalmente inocuas, puede estar incrementada y hacerse peligrosa debido a la
vasodilatación de rebote. Muchas adictas a la cocaína son consumidoras de otras
drogas, por lo que el feto puede estar expuesto a muchas sustancias, agravando
la situación. En las mujeres que consumen cocaína durante el embarazo se ha
comunicado una incidencia de parto pretérmino del 31%, de retraso del
crecimiento intrauterino del 19% y desprendimiento de placenta del 15%. La incidencia
de aborto espontáneo y de recién nacido muerto está aumentada.
Se han comunicado varios tipos de anomalías fetales en las mujeres que
consumen cocaína de forma regular durante la gestación, como malformaciones del sistema nervioso y genitourinario fetal, muchas de las cuales se relacionaron con un compromiso circulatorio
fetal. También son prominentes los defectos esqueléticos y atresias aisladas en
el recién nacido. Por otra parte, los hijos de estas madres presentan una menor
interacción con otros niños y en ocasiones trastornos neuroconductuales como hiperactividad,
temblor y déficit significativo del aprendizaje que pueden durar hasta los 4 o
5 años de edad
Es muy importante para un desarrollo fetal adecuado el mantener unos hábitos de vida saludable, tanto en la alimentación, el ejercicio moderado, evitar el estrés y eliminar todas las sustancias tóxicas
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