miércoles, 21 de enero de 2015

Disfunción sexual femenina: diagnóstico y tratamiento

Comentamos en una entrada anterior que la Disfunción Sexual Femenina (DSF) provoca una alteración en el deseo de la mujer haciendo que disminuya el mismo, provocando dolor (dispareunia), incluso creando conductas de evitación y llegando en ocasiones a provocar la aversión sexual. Esta disfunción es muy frecuente, llegando a afectar a casi un 40% de mujeres entre los 18 y 70 años de edad.

1. Diagnóstico de la Disfunción Sexual Femenina:
- Se basa en la historia clínica de la paciente. Son importantes la edad y experiencia de la mujer, la relación con su pareja, sus hábitos y estilo de vida, cuestiones laborales, número de hijos y dedicación a los mismos, enfermedades previas y medicamentos que esté tomando
- Entre los medicamentos, los antidepresivos (inhibidores de la recaptación de serotonina) son los que más frecuéntemente se relacionan con esta inhibición del deseo.
- Las infecciones vaginales, endometriosis, atrofia vaginal postmenopáusica, alteraciones en la secreción vaginal, tabique vaginal, himen rígido, quiste o absceso de Bartolino, prolapso uterino, liquen esclerosante, etc..es decir diferentes patologías ginecológicas,
- Trastornos psicosociales como malos tratos, abusos sexuales en la infancia, experiencias negativas anteriores, trastornos de la personalidad, miedo al embarazo/parto, religiosidad extrema, sentido negativo de la sexualidad, baja autoestima, etc
- Conviene hace un estudio hormonal: tiroideas, FSH, LH, estrógenos, andrógenos y prolactina. En algún caso puede haber un trastorno endocrino responsable, aunque es poco frecuente.
2. Tratamiento
Es importante explicar a la paciente la importancia de los factores que hemos comentado (relación con la pareja, estilos de vida, rutinas diarias, expectativas, estrés laboral o familiar, etc) y en algunos casos debe redirigirse al Sexólogo o Psicólogo para una terapia más adecuada.
- Estrógenos: tanto a nivel local (vaginal) como por vía oral, pueden mejorar la atrofia y sequedad vaginal y por tanto mejorar en parte la dispareunia y con ello la relación sexual.
- Andrógenos: Se comenta la mejoría leve del deseo sexual con dosis de 300 microgramos al día de testosterona en forma de parche o combinada con anticonceptivos orales en la postmenopáusia. Sin embargo este tratamiento no se recomienda mantener más de 6 meses y presenta algunos efectos secundarios (hirsutismo, acné, alopecia, virilización) que en la práctica les hacen poco aceptables por parte de la mujer.
- El Sildenafilo aumenta la vascularización local y provoca una sensación "agradable" en el área genital, aunque no suele tener mucho efecto en la DSF, salvo en casos de daño del sistema nervioso, como en la esclerosis múltiple.
- En los trastornos del orgasmo, la psicoterapia y la terapia de pareja suelen tener buen resultado, las terapias de desensibilización en el vaginismo, el uso de lubricantes, el tratamiento de las infecciones u otras causas ginecológicas, y el uso de terapias combinadas (médicas y psicológicas), pueden mejorar esta patología sexual

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