En la cirugía oncológica, especialmente en el cáncer de mama, un aspecto nada desdeñable y que provoca importantes repercusiones psicológicas y pérdida de autoestima es la alteración estética que supone la mastectomia, junto a la caída del cabello, cejas, pestañas (en el cáncer de mama y en otras patologías oncológicas en las que se hacen tratamientos radicales con quimioterapia).
Aunque cada vez se actúa con combinaciones farmacológicas y protocolos menos agresivos, aunque la cirugía estética postoperatoria se hace cada vez mejor y de forma más precoz, para tratar de aliviar el sufrimiento añadido a la propia enfermedad, de la perdida de autoestima, la evitación de lugares públicos (piscinas, playa,) o las relaciones más intimas, es un problema psicológico importante para la mujer que lo sufre y por eso están apareciendo soluciones que tratan de hacerlo más llevadero.
Una de estas soluciones que está aumentando su uso es la utilización de tatuajes (tan de moda por otra parte) para disimular o embellecer determinadas áreas corporales. Otra de las técnicas es la micropigmentación que se puede realizar antes o después de los tratamientos oncológicos, con la finalidad de cambiar el color, la forma, ocultar cicatrices o crear donde no los hay efectos de pelo, pestañas, cejas, incluso aréolas mamarias.
Hay varias clínicas de cirugía estética donde se llevan a cabo estás técnicas y en este momento se está pidiendo que los centros públicos se hagan cargo de la misma, teniendo en cuenta las graves repercusiones psicológicas que pueden tener para una mujer la carencia de areola mamaria o la alopecia facial.
Os pongo este artículo que me parece interesante y nos hace reflexionar sobre un tema mucho más cercano de lo que pensamos.
Elsevier13 nov 20150
Lejos de ser un tratamiento puramente estético, esta técnica es un paso muy importante en la recuperación de muchas mujeres.
Más de 125.000 firmas en la plataforma 'Change.org' piden al Ministerio de Sanidad que incluya la micropigmentación oncológica, una técnica que consiste en tatuar el pezón y la areola de manera hiperrealista, tras una mastectomía, en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS), ya que actualmente no está cubierta y no todo el mundo tiene disponibilidad económica de acceder a ella.
"Lejos de ser un tratamiento puramente estético, esta técnica es un paso muy importante en la recuperación de muchas mujeres, que no sólo precisan curarse físicamente, sino también emocionalmente", señala la impulsora de la iniciativa, Sheila Herrero, después de que su amiga
Gloria padeciera un cáncer de mama y tuviera que pasar por este trance.
Según lamenta, actualmente sólo algunos hospitales públicos ofrecen este servicio de forma gratuita, aunque lo más habitual sea que cada persona se costee esta práctica. "Gloria tuvo suerte y gracias sus familiares pudo pagar los 1.200 euros que le costó la intervención, pero muchas otras mujeres no tienen el dinero necesario", sostiene.
Sheila ha enviado esta petición a los candidatos a presidir el Gobierno el próximo 20 de diciembre a través de una carta. No obstante, recuerda que algunas asociaciones llevan años luchando con este mismo objetivo, e incluso el PSOE presentó en el Congreso una proposición no de ley para que la micropigmentación se convirtiera en un derecho universal.
El candidato que sí ha contestado ha sido Andrés Herzog, de UPyD, quien señala que en su programa electoral se comprometen a ofrecer un catálogo de servicios sanitarios unificado con las comunidades autónomas, para que todos los españoles, procedan de donde procedan, dispongan de los mismos servicios sanitarios.
"Dicho catálogo propuesto tiene que ser de máximos. Y sí, consideramos que la propuesta que realizan es importante y necesaria para cerrar el ciclo de la enfermedad. Así que por nuestra parte, llevaremos este tema al Congreso en la próxima legislatura, porque es de justicia que así sea", sentencia el líder de la formación magenta.
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