Algunos antiinflamatorios aumentan el riesgo de insuficiencia cardiaca |
Desde hace unos años se sabe que algunos aintinflamatorios pueden aumentar el riesgo de insuficiencia cardiaca, pero los estudios son cada vez más concluyentes y confirman esta posibilidad.
Esto no quiere decir que las personas que tengan que tomarlos por sus patologías no lo hagan, pero si que consulten con su médico, y especialmente el interés de este artículo es advertir de que no se usen por cualquier motivo (un constipado, un pequeño dolor de cabeza o muscular, cualquier pequeña molestia) los antiinflamatorios que como el Ibuprofeno se usan habituálmente sin consultar con el médico su conveniencia.
Quiero recordar especialmente a las embarazadas que no se debe tomar ibuprofeno ni otros antiinflamatorios sin consultar con su médico, por los riesgos que suponen para el feto y la madre.
En general el interés de este artículo, además del tema de los antiinflamatorios, es recordar que los medicamentos tienen sus indicaciones y contraindicaciones, y se deben tomar cuando el médico así lo aconseja, no cuando a nosotros nos parece oportuno.
Los antiinflamatorios pueden aumentar el riesgo de insuficiencia cardiaca (BMJ)
Elsevier 26 oct 2016
Dependiendo de cuál se use.
Una investigación internacional ha revelado que el uso de los antiinflamatorios no esteroideos, los llamados AINE, pueden aumentar el riesgo de insuficiencia cardiaca incluso en aquellas personas que no tienen antecedentes de problemas cardiacos, y dependiendo de cuál se use el riesgo puede variar.
En concreto, los resultados publicados en "British Medical Journal" muestran que, en términos generales, el riesgo de ingreso hospitalario por este fallo cardiovascular es un 19% mayor en quienes habían tomado estos fármacos durante las dos semanas previas, en comparación con quienes no fueron tratados con esta medicación.
Además, vieron que no todos los antiinflamatorios tienen el mismo riesgo y varía en función de si se había consumido naproxeno (16% mayor) o ketorolaco (83%). Asimismo, algunos como el celecoxib apenas provocó un mayor riesgo.
"Se ha visto que las dosis más altas se asocian a un mayor riesgo", ha reconocido Gunnar Gislason, director científico de la Fundación Danesa del Corazón y autor de un editorial que acompaña al estudio, que también precisa que no encontraron diferencias por sexos ni el riesgo era mayor en quienes ya habían sufrido una insuficiencia cardiaca previa.
La diferencia de este trabajo con otros previos que ya habían analizado la relación entre estos tratamientos y una mayor insuficiencia cardiaca fue las diferencias observadas entre los 27 compuestos analizados de esta familia de fármacos.
En su análisis incluyeron más de 92.000 personas de Italia, Alemania, Reino Unido y Países Bajos que fueron hospitalizados por insuficiencia cardiaca, que fueron comparados con un amplio grupo control de más de 8,2 millones de personas que no habían sido ingresados por este motivo.
En total, vieron como 16.081 personas (17,4%) de los que fueron hospitalizados por una insuficiencia cardiaca habían recibido estos fármacos, frente al 14,4% de usuarios dentro del grupo control.
El riesgo de insuficiencia cardiaca era significativamente mayor en quienes estaban en tratamiento con ketorolaco, etoricoxib, rofecoxib, indometacina, piroxicam, diclofenaco, ibuprofeno, naproxeno y nimesulida, nueve fármacos que se asociaron con un mayor riesgo en hombres y mujeres y con independencia de su salud cardiovascular.
Además, vieron que quienes consumían dosis muy altas de diclofenaco, etoricoxib, indometacina, piroxicam y rofecoxib tenían más del doble el riesgo de insuficiencia cardíaca que el resto de pacientes.
Los autores reconocen que una de las limitaciones del estudio es que no tenían datos de los fármacos AINE de venta libre, por lo que podría haber pacientes clasificados como no usuarios que en realidad podrían haberlos adquirido por su cuenta, como el ibuprofeno.
Otro inconveniente es la posibilidad de que algunos pacientes ingresados por insuficiencia cardiaca estuvieran vinculados a otros problemas cardiovasculares. Aun así, añaden, los resultados se suman a un creciente cuerpo de evidencia que apunta al riesgo de insuficiencia cardiaca asociada a los AINE.
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