ERASE UNA VEZ...Un Rey grande y poderoso, inmensamente rico y muy poco feliz. Tenia un lacayo que siempre llegaba contento, cantaba, sonreía y hacia su trabajo con gracia y satisfacción. Un día el rey le preguntó: -¿porqué estás siempre tan contento?
-Vos me tratáis bien, recibo un sueldo suficiente para comer y permitirme algún capricho, tengo una mujer y un hijo sanos..¿porque no iba a estar contento?..¡soy feliz!.
El rey quedó sorprendido de la respuesta y mandó llamar al más sabio de su reino.
-¿como puede ser que mi lacayo diga que es feliz con lo que tiene y yo no lo soy?
-Si, -respondió el sabio-es así, porque él no está dentro del círculo del 99 y vos si.
-¿que dices, sabio? ¿que es eso del círculo del 99?- preguntó de nuevo el rey
- ¿Estáis dispuesto a perder unas monedas de oro y un buen lacayo a cambio de entender lo que es el círculo del 99?- si, contesto el rey.
-Preparad para mañana una bolsa con 99 monedas de oro y al anochecer iremos a visitar al lacayo.
Cuando se hizo de noche, el sabio y el rey, caminaron a escondidas hasta la casa del lacayo, y llamando a la puerta dejaron en el suelo la bolsa con las monedas, mientras corrían a esconderse tras una ventana desde la que pudieran observar la conducta del paje. Este abrió la puerta y con gran sorpresa miró en la bolsa, llena de monedas de oro y una nota que decía: "en recompensa por tu buen trabajo y tu alegría". Dando saltos de contento, el paje sacó las monedas de oro de la bolsa y empezó a jugar con ellas, a contarlas una y otra vez, haciendo montoncillos de 10 monedas, feliz, hasta que cayó en la cuenta que había un montón que solo tenia 9 monedas.
-¡No puede ser!...se me ha perdido una moneda..y se puso a buscar desesperado por toda la habitación..¡No es posible!, Debian haber 100...Bueno- reflexionó- con 100 monedas se puede decir que uno es rico, no tendré que trabajar y seré importante y respetado en el reino...Así que trabajaré duro y conseguiré una moneda de oro. Hizo sus cuentas, pero necesitaba 10 años para conseguir ahorrarla. - ¡Es demasiado tiempo!, Bueno, que me ayude mi mujer, vendiendo en el mercado los fines de semana, y quizás evitando algunos caprichos, en 4-5 años podré conseguirla!
Al cabo de unos días, un lacayo triste y ojeroso atendía al Rey, cuando este le preguntó: ¿Que te pasa, lacayo? ya no sonríes como antes.
- Señor, cumplo con mi trabajo como debo. Vos me pagáis por hacer unas tareas que yo cumplo, no tengo porque daros explicaciones de mi estado de ánimo!
El Rey despidió al lacayo por insolente y entendió perfectamente que había entrado en el circulo del 99.
Desde pequeños nos enseñan: "si tuvieras........serias feliz" y nos pasamos la vida buscando la moneda de oro, sin disfrutar de las 99 que ya tenemos.
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