Paseando por San Petesburgo. Martin 2012 |
La OMS y el CIIC fomentan el cribado y la vacunación
La ampliación del acceso a vacunas costoefectivas para prevenir las infecciones asociadas al cáncer y la disponibilidad universal de programas costoefectivos de cribado del cáncer pueden contribuir a reducir la mortalidad por esta enfermedad.
Vacunación costoefectiva para prevenir infecciones
Hay vacunas contra el cáncer cervicouterino causado por algunos papilomavirus humanos (PVH) y el cáncer hepático causado por el virus de la hepatitis B.
Cáncer cervicouterino
El cáncer cervicouterino es el segundo cáncer más frecuente en la mujer, y cada año se diagnostican unos 500 000 casos nuevos en todo el mundo. La vacunación de las niñas contra los PVH antes de que empiecen a tener relaciones sexuales (entre los 9 y los 13 años) puede prevenir las infecciones por PVH de los tipos 16 y 18, que son responsables de aproximadamente un 70% de la totalidad de los cánceres cervicouterinos.
Cáncer hepático
En 2008 murieron 700 000 personas de cáncer hepático. Las infecciones por los virus de las hepatitis B y C son responsables del 78% de los casos de cáncer hepático. La vacuna contra la hepatitis B está disponible desde 1982, y fue la primera vacuna contra uno de los principales cánceres humanos.
El diagnóstico precoz reduce la mortalidad por cáncer
La mortalidad por cáncer también se puede reducir si los casos se detectan y tratan precozmente mediante programas de cribado y diagnóstico temprano. Estos programas son especialmente importantes en entornos con escasos recursos en los que la mayoría de los pacientes se diagnostican y tratan en estadios muy avanzados. En los programas de cribado se realizan pruebas en poblaciones sanas para detectar signos de cáncer o lesiones preneoplásicas y remitir rápidamente a esos pacientes a servicios donde se pueda establecer el diagnóstico e iniciar el tratamiento.
Cribado y detección precoz del cáncer
Detección precoz del cáncer
La detección precoz del cáncer aumenta enormemente las posibilidades de que el tratamiento resulte eficaz. Los componentes principales de la detección precoz del cáncer son dos: la educación para promover un diagnóstico precoz y el cribado.
Si se reconocen las posibles señales de alerta del cáncer y se toman medidas con rapidez puede llegarse a un diagnóstico precoz. Un mayor conocimiento de las posibles señales de alerta del cáncer entre los médicos, el personal de enfermería y otros dispensadores de atención de salud, así como entre el público en general, puede tener un gran impacto en la enfermedad. Algunas de las señales iniciales del cáncer son la aparición de bultos, llagas que no cicatrizan, sangrado anormal, indigestión persistente y ronquera crónica. El diagnóstico precoz es especialmente importante en el cáncer de mama, cuello uterino, boca, laringe, colon y recto, y piel.
Cribado
Por «cribado» se entiende la utilización de pruebas sencillas en una población sana con el fin de detectar sistemáticamente a las personas que aún no presentan ningún síntoma pese a sufrir una determinada enfermedad. Pueden citarse como ejemplos el cribado del cáncer de mama mediante mamografía y el del cáncer del cuello del útero con métodos de detección citológica, en particular la prueba de Papanicolau Los programas de cribado deben realizarse sólo cuando su eficacia se ha demostrado y cuando se dispone de recursos (personal, equipo, etc.) suficientes para abarcar el grupo destinatario casi por completo y de instalaciones para confirmar el diagnóstico y proceder con el tratamiento y el seguimiento de las personas que han dado resultados anormales, y cuando la prevalencia de la enfermedad es lo suficientemente elevada como para justificar el esfuerzo que supone el programa de cribado y sus costos.
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