La placenta es el órgano encargado de la oxigenación y la nutrición del feto hasta que tras el parto es capaz de respirar por los pulmones. Es un órgano fundamental en el desarrollo de la gestación y sus alteraciones pueden tener graves consecuencias para el feto, incluso para la madre.
En esta entrada vamos a comentar una situación relatívamente frecuente, pues aparece en uno de cada 200 embarazos.1.¿Que es la placenta previa?
Es una complicacion del embarazo que surge cuando la placenta se implanta (se inserta) en la parte inferior del útero, ocupando en parte o totalmente el cuello uterino.
Puede ocurrir en el segundo o tercer trimestre del embarazo, aunque es bastante frecuente ver en la ecografía una situación de implantación baja de la placenta en el final del primer trimestre, pero después, a medida que crece el útero, se va desplazando también la placenta y desaparece la situación de placenta previa.
No sabemos con seguridad cual es la causa de esta implantación inadecuada, aunque es más frecuente en:- mujeres que han tenido varios hijos.
- cesáreas o abortos anteriores
- fumadoras o mayores de 35 años
- malformaciones uterinas, cicatrices en el útero, etc
2. ¿Que síntomas produce?
El único síntoma es el sangrado vaginal, especialmente en el segundo o tercer trimestre de embarazo. Suele ser un sangrado indoloro, súbito, sin contracciones ni una causa clara que lo justifique. A veces puede aparecer tras un esfuerzo o las relaciones sexuales.
Se describen cuatro tipos, para indicar la gravedad de la situación:
- Tipo I: placenta baja, en situación inferior, en la zona del segmento cuello-cuerpo del útero, pero sin invadir el orificio cervical.
- Tipo II: placenta marginal. Ocupa el borde superior del cuello, pero no invade el orificio cervical...se queda en el borde.
- Tipo III: placenta previa parcial: ocupa parte del orificio cervical interno.
- Tipo IV: placenta previa total (como en el dibujo de arriba)..Ocupa todo el orificio cervical, impidiendo la salida normal del feto.
4. Diagnóstico y tratamiento:
El diagnóstico suele hacerse en la revisión del embarazo, al hacer la ecografia. En algún caso por el sangrado de la madre que le obliga a acudir a urgencias.
El tratamiento depende del momento del embarazo y la situación de la placenta: si es marginal y falta mucho para el parto, se recomienda reposo, no hacer esfuerzos, evitar relaciones sexuales, uso de tampones, etc
Si la gestación es mayor de 36 semanas y dependiendo del grado de desprendimiento puede ser necesaria monitorización fetal, maduración fetal si procede o incluso cesárea.
Cuando la placenta es previa total la cesárea es programada pues supondría un gran riesgo para la vida del feto, incluso de la madre el iniciar un parto vaginal.
En resumen: en caso de sangrado siempre se debe consultar con el ginecólogo y seguir las indicaciones que nos haga.
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