miércoles, 16 de febrero de 2011

LA MARIPOSA AZUL (CUENTO) 2ª parte


(primera parte)

“ mi marido era español. Nació en una aldea asturiana, entre las montañas, las vacas, los prados. Solo vivían cuatro niños en la aldea y una de ellas, Marina, era su compañera de juegos. Tenía una gran imaginación la niña Siempre contaba historias fantásticas, pobladas de seres de otra dimensión, personajes que vivían diversas vidas, etc., por eso se ganó la fama de loca en la escuela. Y quizás lo estuviera, pues decía que podía hablar con los árboles y los pájaros, incluso adivinar el futuro. Mi marido, ya de niño, era muy realista. Su padre trabajaba en la mina y tenía que ayudar a su madre recogiendo leña o carbón después de salir de la escuela, así que veía la vida de forma poco ideal. Contestaba a Marina con bromas y se reía de su imaginación, pero en el fondo le gustaban las historias que contaba y, aunque siempre estaban peleando, se querían como dos hermanos.

Una tarde cuando regresaban de la escuela encontraron un peregrino que con acento extranjero les preguntaba por algún sitio donde alojarse. Los niños lo llevaron a casa y los padres de mi marido le ofrecieron cena y alojamiento. El extranjero les narró historias fantásticas de los sitios por donde había pasado, de las gentes que había conocido y por primera vez consiguió encender la imaginación de aquel niño, que desde entonces siempre soñó con poder hacer el camino”
- que historia tan bonita- comenté
- espera, que aún no ha terminado – respondió con una sonrisa, mientras tomaba un sorbo de su café.

“ al cabo de algún tiempo, Marina le comentó a mi esposo, que había soñado que un día realizaría su sueño: podría hacer el camino, pero de una forma especial. Una mariposa azul le llevaría de flor en flor desde los Pirineos hasta Santiago de Compostela. Podría disfrutar de la naturaleza sin sentir hambre, sed ni cansancio. Lógicamente mi marido se rió una vez más de la imaginación de su amiga, pero la historia le gustó tanto que nunca la olvidó y, pasados muchos años seguía contándola, entre risas, a sus personas queridas.

Cuando se hicieron mayores, la vida llevó a estos niños por derroteros distintos. Mi marido estudió ingeniería y posteriormente le salió trabajo en Brasil, donde marchó a vivir hace más de treinta años. Allí nos conocimos y nos casamos. Marina, por su parte, se casó con un chico valenciano que conoció unas vacaciones y se marchó para siempre.

Mi marido no volvió a saber nada de ella, aunque siempre la tuvo en su recuerdo. De hecho, cuando él se iba a marchar a Brasil, Marina le regaló una cajita china, que guardaba una foto de los dos y un sobre cerrado. Ella le comentó:
- En este sobre encontrarás la prueba de que todo lo que te decía era cierto, pero por favor, no la abras durante muchos, muchos años.
Mi marido lo aceptó como una más de las excentricidades de Marina y aunque siempre la conservó, guardó la cajita china entre sus cosas personales y se olvidó de ella.”
- ¿ y tu no la has abierto?- pregunté intrigado
- No fue necesario- suspiró mi dulce interlocutora.
“Una grave enfermedad le fue diagnosticada a mi querido esposo hace tres años. Éramos conscientes de que el tiempo se le agotaba y un día decidió poner en orden sus papeles y revisar todas sus cosas. Le dejé en su habitación con la cajita china entre las manos y una sonrisa nostálgica, mientras yo me acercaba al mercado a comprar alguna cosa. Cuando volví a mi casa lo encontré tumbado en la cama, con una plácida sonrisa y el céreo color de la muerte en su rostro. Avisé inmediatamente al médico que solo pudo confirmar su fallecimiento.

Al día siguiente del funeral ordené todas sus cosas y al mirar en la cajita de su infancia encontré el amarillento sobre rasgado y en su interior una nota que con caligrafía infantil decía:
- el día que leas esta nota, una mariposa azul volará desde muy lejos para llevarte con ella y enseñarte todas las flores del camino de Santiago.

Miré conmovido a la peregrina y en el brillante azul de sus ojos vislumbré la verdad:
- ¡Tu eres la mariposa azul!

1 comentario:

  1. QUE HISTORIA MAS BONITA MARTIN...TE LA TOMO PRESTADA, PORQUE SE LA VOY A CONTAR A UN AMIGO MIO ASTURIANO QUE CREO QUE LE VA A GUSTAR...GRACIAS.

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